- 9 noviembre, 2015
- Publicado por: Gordillo Procuradores
- Categoría: Sin definir
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«Un 74% de los encuestados no contratarían a un profesional que solo aportara sólidos conocimientos jurídicos. En cambio, si lo harían, en un 79% de los casos, a alguien que aportara clientes y generara facturación; y, en un 94% de las veces, a alguien con un buen perfil competencial». Así lo afirman Sandra Enzler y Eugenia Navarro en el informe El abogado del siglo XXI,publicado el año pasado para trazar las tendencias que todavía se mantienen en plena vigencia en el mercado laboral español.
Expertos de las áreas de Recursos Humanos (RR.HH.) y también del Derecho, destacan la habilidad comunicacional entre las primeras cualidades que hacen destacar a un candidato, no solo desde el punto de vista de una oratoria convincente y efectiva –absolutamente deseables en alguien que permanentemente estará en ejercicio de su profesión en el ámbito jurídico–, sino también en el aspecto relacional, en la necesaria empatía a la hora de atender clientes, a los nuevos y a los ya consolidados, con miras a retenerlos y a aumentar su participación.
El mercado global y la situación actual han promovido la aparición de dos perfiles fusionados en uno, derivando en lo que ya se conoce como el abogado del siglo XXI: un profesional experto en materia jurídico-legal, pero con un necesario espíritu comercial. Y, por supuesto, con una predisposición al ámbito internacional en cuanto a dominio del inglés y otras lenguas como requisito más que deseable, además de conocimientos de los mercados potencialmente atractivos para el tejido empresarial español, como Argelia, Emiratos Árabes Unidos, Rusia y otros destinos de Latinoamérica.
Tanto las ventas como las políticas de marketing son dos factores indispensables en la supervivencia de los despachos, no solo en España sino también en el extranjero, razones por las cuales se ha dado absoluta prioridad a la búsqueda de candidatos que cuenten con estas habilidades. Pero no solo se deben quedar en destrezas en el plano teórico y académico, sino que los actuales y futuros profesionales de la abogacía tendrán que demostrar en la práctica sus habilidades comerciales, ya que la tendencia es que para poder avanzar en la carrera, uno de los requisitos fundamentales es la generación de negocio y la atracción de clientes. Y para ello, también resultan fundamentales la empatía, que mencionábamos anteriormente, la capacidad de escuchar y la de trabajar en equipo.
Los departamentos de RR.HH. afirman que no solo hay que saber gestionar los nuevos negocios, sino que los candidatos deseados deberán saber dónde encontrarlos, para generar nuevas fuentes de ingresos, siempre con miras hacia un plan de crecimiento a medio o largo plazo que será permanentemente revisado.
Otro aspecto demandado entre los perfiles profesionales más atractivos en el ejercicio de la abogacía nace de una paradoja: candidatos que aporten disciplina y orden en la realización de su trabajo, pero que sean a la vez espontáneos y flexibles, pero también capaces de sortear los imprevistos con creatividad, agilidad y eficiencia. Todo ello sin perder las habilidades comunicacionales, aquellas que les permitirán «leer» el comportamiento de los otros: en la oficina, en los juzgados, con los clientes, etc., otra de las cualidades más demandadas en los despachos actuales.
En este nuevo escenario en el que se tendrán que desenvolver los profesionales y los despachos de abogados, el aspecto tecnológico aparece como una pieza fundamental no solo para optimizar los procesos internos en cuanto a funcionamiento, capacidad de respuesta y transparencia, sino también para hacer más eficiente la relación con los clientes y para llevar a la práctica la estrategia a través de métodos innovadores en la comunicación y la promoción de los servicios jurídicos que ofrezcan. Entre ellas, por supuesto, no se pueden dejar de lado los ámbitos comercial, de marketing y de Social Media, porque las redes sociales también han tenido un papel esencial en este cambio de paradigma.
La competencia a nivel académico es feroz en España, no solo en los estudios de Grado, sino también en cuanto a la elección de los programas de postgrado, obligatorios además según la legislación vigente que asume como requisito indispensable cursar unos estudios de Máster en el ejercicio de la profesión de abogado, además de la superación de un examen que, como novedad tendrá dos ediciones a lo largo de 2016 –la primera de ellas el 27 de febrero y la otra, presumiblemente, en septiembre u octubre– para abrir más posibilidades a las y los candidatos.
Estos dos requisitos deben ser considerados no solo en la dimensión jurídica, sino también en todas las opciones que se ofertan para alcanzar ese perfil deseado por los despachos. Y qué mejor que hacerlo con una entidad de referencia como Wolters Kluwer Formación, que pronto anunciará la cuarta convocatoria de su Máster Universitario en Abogacía. Acceso y Ejercicio de la Profesión de Abogado, diseñado con una metodología muy práctica y orientado a la superación del examen oficial, de la mano de los mejores profesionales en ejercicio. Siempre contando con el respaldo de la editorial La Ley y con acceso exclusivo a la base de datos laleydigital360 (valorada en más de 2.000 € al año) durante la duración del programa.